La hermosa Ianthe Brown, tan valiente como vulnerable, estaba definitivamente fuera de su alcance. Él había ido a aquel tranquilo lugar para tomar la decisión más importante de su vida, no para cortejar a la más bella mujer que hubiese conocido nunca.
Tendría que acostumbrarse a pensar en ella como en un placer prohibido: cualquier otra posibilidad sería deshonrosa. Y Además, Ianthe se alejaría para siempre en cuanto descubriera que él, Alex Considine, era nada menos ¡que el príncipe reinante de Iliria!
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