Lucy había viajado a las Islas Vírgenes siguiendo un impulso. Pero en el momento en que vio el anuncio donde pedían una cocinera para trabajar en un barco, supo que había tomado la decisión correcta. Ser impulsiva era una de sus debilidades.
La otra eran los hombres altos y rubios. Y su nuevo jefe, Troy Donovan, era el más sexy que nunca había conocido. Por desgracia, él le había dejado claro que no tenía intención de intimar con nadie. Parecía que Lucy finalmente había encontrado a su media naranja, y se había enamorado del único hombre que no podría tener.
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