Gracias a una inesperada herencia, Dominie pudo realizar un crucero por el Caribe. Durante la travesía, conocería a un agradable pasajero, quien, al perder la joven el barco, la invitó a su mansión en una de las islas donde Rohan De Arden, el soltero más codiciado del lugar, se enamoraría de ella.
Pero sus proyectos matrimoniales se verían frustrados por un episodio de la vida de Dominie, que convertiría su amor en odio.
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