Diez años después, Catrín tuvo que ser ingresada en el hospital de Pennington, quedándose al cuidado de un especialista que resultó ser el propio Ashe.
Con el tiempo, la pasión que habían compartido en el pasado volvía a cercarlos; Catrín supo que nunca había dejado de amar a Ashe, a pesar de su traición. Pero, ¿por qué intentaba seducirla ahora? ¿Quizá porque pensaba en las consecuencias de aquella aventura de verano?
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